intentarlo una y otra vez, como si no doliese casi la primera.
Y me pregunté si quizás era mejor rendirse a los pies del orgullo,
no seguir intentado,
volverse piedra.
Pero entonces saliste de la nada como un ángel caído del cielo
o un demonio acabado de ascender a la tierra.
me cuesta diferenciarte del bien o el mal,
no importa, por ti escogí un bando para luchar y no rendirme.
Y llegaste haciéndome creer en lo que nunca había creído
solo con un beso de malas noches y de buenos días.
Debo admitir con honestidad, despertarme sin ropa a tu lado
me hizo menos vulnerable.
O eso creía yo, cuando me dijiste te amo
así de sencillo
con una sonrisa medio sarcástica
como si dijeras tráeme una cerveza.
no sabías,
por ese te amo te traería la licorería entera.
Pero sabiendo ser como soy
no pude responder.
Porque no se le puede responder gritos a un ave
o se escapa asustado,
y nunca más le vuelves a ver.
Y debo admitir apenada, me asusté
de no verte más
de que podrías marcharte
y dejarme hecha una rompecabezas.
Y te fuiste
volaste lejos como era de esperarse
por tu naturaleza de ángel
y en efecto me dejaste desarmada en todo el piso
pero te llevaste contigo una pieza
Y no me pudieron armar otra vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario