Y grita el reloj sin aviso,
despierto de soñarte aunque no estaba dormida
estaba pensándote.
Y vuelvo de volarte entre las sabanas
mientras dábamos vuelcos de ciento ochenta grados.
Es casi una odisea levantarse de la cama
más si te cansaste de esperarme con una media sonrisa
para el desayuno,
y el café de aperitivo.
Y antes de bañarme,
lo recuerdo
se me olvido decirte lo más arduo de decir.
No te me vayas.
Y me quedo unos segundos en el umbral,
como por inercia volteo
a ver si se me quedan los recuerdos,
pero están atados hasta en las llaves.
Puedo decir que odiaba todo de ti,
hasta lo que amaba.
Es una antítesis
haberme enamorado de tus mayores defectos.
Lo peor es,
cuando todo terminó
es que no llegó el final para mi.
Entonces me la paso soñándote
por si te encuentro en el camino de regreso a la realidad.
Y es dañino
como todos los verdaderos amores
Una de las dos quedará echa un desastre
dijimos sonriendo una tarde con dosis extra de risa.
Y serás tú
me dijiste coqueteándome un beso en la mejilla.
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